Se dice que los jugadores de fútbol cuelgan las botas, y los toreros se cortan la coleta. Después de varios años haciendo spinning desde costa, decidí colgar el vadeador -aunque fuera en el trastero- y adentrarme a la mar en busca del pescado, pensando así que los días de bolos, al menos, los pasaría más entretenido con la navegación y otras historias complementarias, y por otro lado, podría aspirar a la captura de mayores ejemplares.
Mi elección fue el Ocean Prowler Trident 13; y, una vez con el kayak medianamente equipado, probar las distintas modalidades de pesca, aunque he de decir que mis preferidas son las basadas en señuelos artificiales, ya sean jigs, minnows, paseantes –mi predilección, pero difícil de ejercer desde kayak-, o cualquier otro artificial. Así pues, el jigging, spinning y curricán no han faltado en mis jornadas de pesca; sin despreciar el fondeo, propio de algunas zonas que he visitado, y que proporciona mayores momentos de relajación y descanso, comparado con las otras modalidades.