Hace unos 4 años salí de casa con la idea de comprarme un Kayak, culminado en un precioso bic Bilbao de pesca en color verde y, sin experiencia de mar ni pesca, comencé mi aventura kayakera.
Ahora recuerdo las risas de un Señor que al acercárseme sorprendido miraba como cada vez que me superaba una ola de magón, se hundía medio kayak, claro… me fondeaba con una piedra y directamente amarrada a mi costado. Bueno… ahora me saluda con simpatía cada vez que nos cruzamos, les hablo del Señor Boinajj.