Frío, mucho frío. Invierno, siete de la mañana, niebla cerrada. La humedad que se condensa en cualquier superficie, perla cejas y pestañas de gotitas de agua. Frío, mucho frío. Aspiras la fragancia acre del fango de las orillas, el limo denso que alimenta la vida vegetal que todo sustenta. Ese sustrato pútrido a partir del cual todo empieza…al que todo va y del que todo sale.
Silencio, silencio intenso…amortiguado por la densa niebla que todo lo aquieta. La vida en suspenso. Proas mirando al agua, marineros de agua dulce a la expectativa. Últimos chequeos a los barcos, aparejos listos y calados en sus respectivos cañeros, consignas de último momento sobre tal o cual engaño, rumbo o estrategia.