Como en el Trópico

Hola a todos, ya hacía tiempo que no escribía por aquí. Todo el mundo que pasa por Peskama, lo hace para contar algo, y como es normal, yo quiero hacer lo mismo.

En esta ocasión, quiero compartir con vosotros lo que a priori ha sido el mejor día de pesca de mi vida. Dicho así pensareis que estoy exagerando, pero hasta el día de hoy, no he tenido una jornada más completa que esta que os relato, en todos los sentidos, luego lo veréis.

Aquí en Cádiz, desde que empezó el buen tiempo, el viento de levante está azotando a base de bien nuestra costa, eliminando casi por completo los pocos días de pesca de los que disponemos los que trabajamos. Así que hay que mirar con recelo las previsiones y aprovechar la más mínima calma para echarse al agua.

Ya en temporada de buenas capturas, son muchos los kayakeros que esperan ansiosos el día x para mojar sus monturas. Yo no iba a ser menos, y poniendo en línea muchos datos que hace tiempo voy apuntando, dí con lo que  a mi parecer iba a ser el día perfecto, y por suerte, pude disfrutar de ello.

A las 5 de la mañana, sí, un poco temprano, empecé a montar las cosas en el coche para dirigirme a la playa, tranquilamente. Tras aparcar y con mucha calma, fui preparando el kayak, cañas, aparejos y demás historias que ya sabéis.

Aún de noche, me acerco a la orilla, la oscuridad es más intensa junto al agua, y observo la línea de pequeñas olas que hay en la entrada, poca cosa….

Tras el primer indicio de luz, me pongo en marcha. Aproximadamente media hora de paleo me separan de las zonas donde supuestamente suele haber bolos y depredadores que se alimentan de ellos. Se me hace eterno.

Acercándome observo alrededor y de momento no veo nada, decido tirar un poco más a poniente, sí, ya veo algo…. cardumen en superficie delatan la presencia de pez pasto. Allí voy muy en silencio sin apenas tocar el agua con mi pala. Mientras un amigo jurel se pasea al final de una de mis cañas, voy moviendo con la otra diferentes tipos de señuelos al son chapoteante del trenzado con el agua.

«TIKI TIKI» estoy aquí….. un voraz devora poco a poco el pez pasto. Cojo la caña, con mucha suavidad tiento que es lo que pasa ahí abajo, noto perfectamente los continuos ataques violentos, espero y….ya lo tengo. Rápidamente una chova (anjova) sube a bordo prendida por uno de los anzuelos. Bonita captura.

No pasan 15 minutos de derivas cuando la misma caña comienza a soltar hilo desmesuradamente, hay algo grande tras la línea, mi adrenalina sube por momentos. El primer arreón mete el puntero en el agua, ya sólo me queda esperar y tener paciencia. Continuas salidas de hilo me ponen a tope, trabajo con suavidad, sin tirones bruscos, esperando que se canse. Unos 20 minutos más tarde, tengo a bordo una preciosa librea de puntos brillantes bajo mi kayak, con sumo cuidado, utilizo el bichero por las agallas para subirla a bordo, una preciosa corvina, sería la más grande de la jornada.

Después del subidón, y viendo que el día prometía, seguí haciendo derivas de un lado a otro, buscando de nuevo los bolos que por el momento habían desaparecido. Al poco localizo otro que increíblemente me hace trabajar de nuevo, esto es impresionante, ni que estuviera en el trópico.  Esta sube más rápido, su tamaño la delata, aunque iba a ser la más brava de la jornada.

Ya en racha, y aprovechando la hora, que era muy temprano, sigo buscando tema. Me desplazo un kilómetro aproximadamente, hasta que por fin veo otro bolo. Lo observo, veo hacia donde se mueve y me pongo en su camino, espero mientras se me acerca cuando de repente escucho mi cámara que se apaga, sin batería, que chasco.

Pasan los chapoteos junto a mi kayak y la sonda se pone totalmente llena de actividad, no hay suerte. De nuevo, voy en su busca y antes de que pase por debajo mía, el carrete comienza a sonar de nuevo…jo,jo,jo, esto no puede ser, increíble, es como si estuviera pescando en Maldivas, picadas tras picadas, impresionante.

Estuve peleando unos 10 minutos y de nuevo, otra corvina subió a bordo. Una pena, de esta no pude tener grabación, ya hubiera sido la repera, pero bueno, no me puedo quejar. El día terminó con tres corvinas y una anjova, una jornada excepcional, impresionante, la más activa que he podido disfrutar desde kayak.

Y esto es todo amigos, como os dije al principio, la mejor jornada de pesca de mi vida kayakera, sin duda alguna, y cuando veáis el vídeo, lo comprenderéis.

Un fuerte abrazo

«Raspacejo», ©PESKAMA2013