Uffff, ¡qué arrancada! Parece un pez grande, muy grande. Y sigue llevándose hilo, tira como una locomotora.
Estoy tranquilo, tengo al colega Carlos «Akula» cerca que me grita: «¡es un enroque!» «¡No!» le contesto, «en arena no«.
Cojo la caña, maniobro para colocarme proa al pez y ¡cachete! El arqueo de la caña es considerable, y, además, comienza a propinar unos cabezazos impresionantes (me recuerda un gran dentón y/o quizás una sama).
El colega me grita «¡te está arrastrando!» al que contesto «¡que me lleve donde quiera!«