¿Ciencia ficción? ¿Quizás un sueño? No, señores. Pero así es como he empezado el año gracias a la siempre bienvenida invitación de un grandísimo pescador, Víctor «Rodrigo«, que junto con Toni y Dani “Dorada” me daba la oportunidad de mover los jigs en aguas del Estrecho. Una escuela para todos los jiggers, una dura prueba para el material y un castigo para la musculatura.
Aunque estamos en un blog de pesca desde kayak, experiencias como la vivida a bordo del “Zurazu” me permiten poner en práctica todo lo que he aprendido a bordo de mi embarcación y que, llevado a los extremos en los que nos tenemos que mover para pescar a 150m de profundidad, puede convertir una mañana de sucesos en una tarde de ensueño.