Con «La Crisis» se nos está agudizando el ingenio. El otro día, después de la jornada matinal de pesca, me dispongo a meter en mi casa el kayak, cuando se me parte unos de las dos asas laterales. En fin, es normal, ya que la acción del sol y el agua salada (por mucho que lo endulces) afectan a los componentes de los diferentes accesorios de los que se componen los kayaks.
Me dispongo a buscarlos por Internet y comienzan los problemas (euros y más euros), no doy con ninguno que no me vacíe el bolsillo. En la tienda que me vendió el kayak, me quieren cobrar una brutalidad que no estoy dispuesto a pagar.
En fin empieza a trabajar ese músculo que algunos tenemos atrofiado, pero que en algunas ocasiones te saca de apuros. Lee el resto de esta entrada »