Jigging Autumn

Este Otoño, de tiempo tan impredecible y cambiante, hemos tenido en toda España jornadas de tiempo desapacible, acompañadas de fuertes tormentas, frío intenso, vientos fuertes e inundaciones en diferentes puntos de nuestras geografía, sorprendentemente hemos tenido otros días de calma inesperados y calor sofocante, así que ha sido difícil calcular las previsiones con exactitud y salir al mar a practicar nuestro deporte favorito.

Aun así, con el ansia que nos caracteriza a los de nuestra especie, hemos aprovechado cualquier minutito en el que el viento nos dio tregua, en el que el mar se amanso lo justo, para salir a por nuestra pieza deseada.

Pequeñas pautas a seguir para preparar nuestra jornada a jigging

Estando las previsiones meteorológicas de nuestro lado, sabemos que no es una ciencia que acierta al 100%, y menos en la época otoñal, en esta estación puede hacer un día de verano como un día de invierno, el siguiente paso será preparar el material de jigging antes de la salida de pesca.
¡¡¡NO!!!, no podemos perder una pieza que estamos buscando durante años por un fallo de nuestro equipo, por no haber revisado el material debidamente.
Unas simples pautas…

La caña:
Prestar especial atención a las anillas de la caña del jigger, sufren una gran tensión en momentos de lucha, una anilla dañada seccionaría el trenzado perdiendo lo que tuviéramos al final de nuestra línea.
El carrete:
Importante probarlo, que funcione correctamente, revisar manivela, freno y por su puesto la línea del trenzado y el bajo de fluorocarbono que estén en estado óptimo para la pesca.
Los nudos:
Fundamental, es la parte más débil del equipo, haremos los nudos nuevos en cada salida de pesca, el nudo sufre cada vez que pasa por las anillas, aún más si hemos tenido un enganche en el fondo o hemos luchado con alguna pieza, por otra parte nos servirá repetir el nudo para realizarlo cada vez mejor y con más soltura. El nudo unión trenzado-fluorocarbono deberá estar no correctamente hecho, sino perfecto. Si tenemos alguna duda lo volvemos a repetir hasta que quede impecable, después de probar varios nudos me quedo sin dudarlo con la famosa maquinita, fácil de ejecutar y quedan bordados en la línea sin estrangularla.

Otro nudo igual de importante será el que una la anilla cerrada (de calidad contrastada y de resistencia sobrada), he probado varios nudos, pero últimamente me gusta mucho el nudo Leonel Pereira (Un gran pescador de Jigging del que tenemos una referencia en Peskama, Leonel Pereira en Bienvenido al mundo del jigging), fácil de hacer y muy resistente, de momento no me dado ningún problema.

Finalmente los señuelos, jigs, kaburas, inchikus…:
Si hacemos los assits nosotros, así lo hago yo para poder seleccionar los anzuelos que más me gusten, deberán estar bien empatillados y más que afilados, afiladísimos.

Después de toda la revisión que nos llevará un rato en casa, toca trabajo de oficina. La buena utilización en casa del gps junto con los programas náuticos que utilicemos como el bluechart atlantic, homeport ,oziexplorer… entre otros, será clave para planificar la ruta que seguiremos ese día, kilómetros a recorrer, puntos calientes a tantear… “Con estos preparativos previos en casa ya estamos fraguando la posible captura”.

Ya estamos en el agua, seguimos nuestra ruta y vamos derivando correctamente por los puntos calientes que anteriores jornadas encontramos interesantes y por otros donde ya hemos tenido alguna captura, ya sabemos como se mueven los jig “arriba- abajo” pues, a darle baile. Ahora solo nos falta que se alineen los astros que las condiciones de la mar sean las propicias y que estén allí abajo con mucha hambre de metal. Coger animales de este tipo no es tarea sencilla, haremos muchas más porras que capturas. Tendremos que dedicarles días enteros, “no perdidos” buscando signos de piedra o de vida marina.Sé de buena tinta que los PESKAMANIAKOS que nos muestran semejantes capturas tiene un trabajo de años detrás, hacen que parezca fácil y encima nos ofrecen sus secretos mejor guardados.

Vamos de pesca…

¬-El 20 de Septiembre capturaba mi primer Dentón de Otoño. Salí de casa a media mañana, las previsiones eran buenas durante todo el día mejorando conforme iba avanzando la tarde. Me planté a pie de playa sobre las 13.30, rumbo al roquedo en mi mente un solo pensamiento… un buen combate a jigging, no puse señuelos al curricán quería llegar lo mas rápido posible al pesquero.

llegué exhausto y con los músculos agarrotados, descansé unos segundos para recuperar el aliento y sin perder tiempo me dispuse hacer derivas tanteando varias piedras. Después de dar vueltas por la zona no aparecía la picada, hasta que surgió de sopetón, fue bajar el wasabi al suelo y al segundo golpe de caña, clavada del animal , una primera carrera directo a restregarse con el fondo, con el carrete no debidamente apretado del todo, apenas saco línea, así que controlando el freno y sus embestidas, que son una delicia encima de un kayak, voy luchando con él poco a poco, va perdiendo su fuerza, el nudo trenzado-fluorocarbono pasa por la puntera de la anilla, ya está aquí rendido, lo veo, cojo el bichero para cogerlo por las agallas, pero aún cierra con fuerza las agallas “hasta el ultimo momento me va dar guerra” decido cogerlo con la mano y por la aleta trasera lo subo al kayak , rendido yo y rendido él.

-A principios de Octubre salía a practicar exclusivamente jigging, toda la mañana sin picada alguna remando y parando por diferentes “waypoints” anotados en mi gps, me detuve en uno que unos días atrás tuve una picada de infarto y por tener mal tarado el carrete y no realizar debidamente el cachete se soltó.
Unas derivas sobre la piedra, un toque y clavo, una primera carrera buena, pero notaba que lo llevaba al otro lado de la línea no era un animal de portada, al verlo brillar en el agua me sorprendió muchísimo una preciosa Samita de pluma, nunca había ni visto ni pescado un pez de esta especie por mi aguas, debería de haberlo soltado pero al quitarle un anzuelo del wasabi del ojo, que se le quedó bastante mal se vino conmigo a casa.

-Un Octubre prácticamente en blanco en cuanto a buenas capturas a jigging… después de unas cuantas semanas de porras y de alguna otra sin poder echarnos al mar debido al mal tiempo, a principios de Noviembre me volvió a sonreír la suerte con otro divertido combate.
Era un día de estos nublados oscuros a punto de llover, el mar y el cielo tenían ese mismo color, apenas caían unas gotitas de agua ”¡cómo me gustan estos días!”, decidí aventurarme a salir, sabia que había muchas probabilidades de llover pero a mí lo que me importa es el estado de la mar y el viento, y las previsiones no eran malas.
Esta vez la picada se produjo al final de la jornada , pocos lances al jigging me quedaban antes de marcharme, en uno de ellos noto un ligero toque mosqueante, bajo de nuevo el jig rápidamente, un par de movimientos, nada…”pensé, sera alguno pequeño que está jugando con mi wasabi«, vuelvo a dejar caer el jig ,noto que está jugando con él, ¡¡ahora¡¡ pego un tirón hacia arriba, ya tengo mi lucha , por un momento me quedo paralizado con la caña arqueada en el agua , sacar no saco nada de hilo pero creo que lo hice mal.. En los primeros segundos que clavamos al pez, éste se queda paralizado, sorprendido como me quedé yo encima del kayak, éste es el momento de intentar subirlo algún metro para arriba, si podemos, antes de la primera sacudida.
De todas maneras cuando dejó de hacer presión allí abajo empecé a bombearlo y subirlo poco a poco, no me daba mucha guerra, aflojé el carrete un poquito a media agua por si le quedaba algo de fuerza y así no hacer sufrir más al equipo, en un momento ya lo tenía en superficie, venía bien enganchado así que me decidí a levantarlo con la mano para meterlo en el kayak y casi la lío…jajaja, todavía no estaba rendido del todo.

-A finales de Noviembre me esperaba un gran día a jigging, salía de casa tarde sobre las 9.30 de la mañana, sin prisa llegaba a pie de playa, allí unas olas inquietantes de mar de fondo que rompían con fuerza en la orilla me avisaban que me andará con precaución.
Solo tendría que pasar la rompiente y me encontraría con una balsa de aguas tomadas, llena de sedimentos, cañas, algas, bolsas….restos de lo que arrastraron las aguas de la última tormentas y lo que temporal de levante arrancó con su fuerza del fondo.
Mientras me fijaba en las olas… para salir en el momento preciso, ”pensaba que era un día perfecto para el jigging ligero, las aguas tan turbias en otras salidas me dieron buen resultado”.
Mientras pensaba en cómo me iría la jornada, me montaba en el kayak y empezaba a palear, un par de paladas fuertes y… tragada de ola, que me espabiló de golpe por si aún tenía algo de sueño.
Pasado lo peor sólo me queda llegar al pesquero y probar fortuna, de ninguna manera podía poner una caña al curricán , los restos, sobre todo de algas imposibilitaban pescar.
Ya en la zona elegida, me dispuse a hacer mis primeras bajadas de jigs, no tardó mucho en producirse un primer toque leve, que no clava, ¡¡arg!! , parecía que había actividad en el fondo, así que sigo insistiendo y al poco tiempo otra picada , clavo tímidamente como puedo y comienza la batalla unas primeras embestidas fuertes, delatan que debajo de mi kayak estoy bailando con un bonito espárido, lo controlo durante la subida abriéndole un poco el carrete para no forzar el equipo , ya veo que sube esa mancha escamosa violeta-rosada-amarillenta (¡qué tonalidades más bonitas tiene este pez!), es la hora de cobrarlo, y no esta por la labor de subirse conmigo, ¿bichero, a mano, salabre?, venía bien enganchado, eso me parecía a mi, lo subo a lo bestia y… casi la lío. (ver secuencia de vídeo).

Después de tener asegurada la pieza y con el trabajo hecho, me relajo, me como el bocata para coger fuerzas, para más tarde moverme por diferentes “waypoints”.
Seguimos con el mismo señuelo batiendo la zona, para mi sorpresa se produce una picada “rara”, por dos veces me dio la sensación de que el animal falla en su ataque y yo al intentar clavar fallaba también, hasta que su acertado ataque y mi clavada, por una vez bien hecha, jejeje, se unen en un peso muerto, que por un segundo no reacciona y me da tiempo a dar un par de vueltas de manivela antes de que se enfurezca y empiece a tirar como una locomotora. Así lo hizo, por la fuerza que tiraba o estaba muy cabreado o era una pieza de buen porte.

Una lucha titánica acaba de empezar… sprint hacia el fondo que aguantaba con el carrete bien tarado, cuando él me dejaba lo iba subiendo metro a metro, sus carreras se hacían más flojas, empezaba a debilitarse, en poco segundos asomaba la cabeza muy agotado, lo tomo de las agallas y lo subo a mi kayak

¡¡Qué felicidad!! Ahora somos tres tripulantes a bordo.

Con semejantes capturas es hora de marcharse a casa, va anocheciendo, las sensaciones de volver a la orilla remando después de una jornada así son espectaculares, voy deslizándome sobre el agua sin apenas notar cansancio, mirando de reojo las capturas que tan difíciles son de capturar, con una sonrisa que no me entra en la cara llego al punto de partida, una salida de pesca que no olvidaré.

Gracias por leerme, un abrazo grande a todos los lectores de PESKAMA.
Jaime “Jaimito” (depescaconjaimito.blogspot.com.es)