Elevador para Kayak

Hace tiempo que me venía rondando la idea de ubicar el kayak de forma que no molestase en la cochera y aprovechar todo ese sitio para dejarlo libre al paso. Así que me puse mano a la obra y qué mejor lugar que el techo aprovechando un espacio inservible.

Lo primero sería idear un sistema que garantizara su izado con rapidez y eficacia. Lo segundo que se adaptase perfectamente al doble techo que ya existía con total garantía y fiabilidad, y puestos a pedir ¿por qué no doble? Con idea de poder contar en un futuro con otro kayak doble para las salidas con mi hijo.

Tras darle no pocas vueltas a la cabeza, decidí crear un sistema de poleas entre el falso techo. De esta forma iría sujeto al techo de hormigón sin hacer fuerza alguna en el techo de cartón yeso. El corazón de todo esto sería un polipasto que tenía en desuso y que cobraría vida dando significado a todo este tinglado.

En esta ocasión empezaré al revés mostrando algunas fotos de lo conseguido y después intentaré explicarlas.

Aquí se puede ver el kayak sujeto por dos cintas rojas, que a su vez están sujetas a una barra de hierro de 45x45mm pintadas de blanco (que ya tenía y la aproveché). De ésta salen dos cuerdas hacia el techo que pasan a través de unas tapas que se ven con forma circular y color oscuro.

En la siguiente se puede apreciar la segunda barra para otro kayak de momento libre, y al fondo se aprecia ligeramente las cuerdas que salen del techo hacia abajo donde se encuentra el polipasto.

Vista desde otro ángulo se aprecia ya la ubicación del motor eléctrico.

Vista de abajo hacia arriba, sobre la manguera de aire el corazón que mueve el invento.

La base del motor va atornillada a la pared con firmeza. Se aprecia la pletina perforada (color gris) que lleva por detrás unos cáncamos por donde pasan las cuerdas, y estos se pueden graduar a un lado u otro para controlar o guiar las cuerdas. Además de las dos cuerdas que van al carrete y que pertenecen al kayak que se encuentra suspendido, se ven otras dos cuerdas recogidas y atadas a la pletina gris, éstas pertenecen a la barra que se encuentra libre en espera del próximo kayak.
Al carrete se le ha atornillado dos pequeños ganchos donde se sujetan las cuerdas de forma rápida y con solo girar empiezan a enrollarse. De esta forma podemos elevar una barra u otra indistintamente o ambas a la vez.

Siguiendo la vista hacia arriba vemos como las cuatro cuerdas desaparecen en un hueco practicado en el falso techo, en el que está colocado un soporte con cuatro poleas. Este soporte está construido con una placa de hierro de 10mm., unos ángulos y unas poleas fáciles de encontrar en cualquier ferretería. La misión del soporte evidentemente es guiar las cuerdas entre ambos techo hasta que cambian de dirección hacia el polipasto. Las poleas están montadas de forma que admiten algo de giro para poder adaptarse de forma recta a las siguientes que se encuentran sobre las tapas redondas.

Estos son los extremos contrarios por donde salen las cuerdas hacia las dos barras. Pasando de nuevo por un soporte con una polea que van atornillados al hormigón.

Estos son los soportes, cuatro trozos de hierro en forma rectangular en cuyo centro se ha practicado un taladro donde se alojarán las poleas, girando sobre si mismas para que puedan orientarse perfectamente a la dirección de la cuerda que va horizontal.

Estas son las tapas a las que nos referíamos, no son más que dos tapones de PVC para tubo de 150mm. en cuyo centro, tras taladrarlo, se ha insertado y pegado unas reducciones. El cometido es salvar a la cuerda del roce directo sobre el filo del tapón para evitar su deterioro. Estos van justos en los agujeros practicados en el cartón yeso y reforzado con silicona.

Aparte de lo cómodo y efectivo del sistema, está la utilización como banco de trabajo. Algo que a priori había pasado desapercibido pero que ha demostrado su utilidad, pudiendo trabajar en él a la altura deseada.

Y girando sobre si mismo de forma rápida y sin esfuerzo.

Espero que os guste la idea.

Pepe «Explorer», Noviembre 2008