No hay mal que por bien no venga

4:00 de la mañana, no puedo dormir, el pequeño llora, intento recuperar minutos de sueño entre llanto y llanto pero son las 5:30 y no puedo pegar ojo. ¿A dónde voy? ¿A dónde va a ir un aficionado a la pesca? Pues a eso, a pescar, o por lo menos a intentarlo ya que llevo mucho tiempo sin pinchar otra cosa que no sea un filete en el plato, la cosa está floja y cada bolo, aunque desanima, me da más ganas de salir a echar el rato, eso sí, en kayak por supuesto, espero pronto poder compartir con los compañeros una captura decente.

Miro la predicción, es buena, 7 nudos de viento suroeste y 0,6 de olas, esta vez toca navegar con la vela, un paseo tranquilo, sin prisa. Pero hoy me propongo algo, no obsesionarme con las capturas, solo voy a disfrutar del paseo. Una vez más mi suerte se trunca cuando al llegar a la playa hay el doble de viento según el anemómetro del club, 14 nudos suroeste, todavía es de noche, está oscuro, muy oscuro y no veo el cielo, parece haber nubes, así que pego una cabezada antes de montarlo todo y cuando abro los ojos ya veo claridad, pero poca, ya que el cielo está encapotado. En un momento comienza a llover, de nuevo para casa una vez más, pero todavía es temprano. Para hacer tiempo me como el bocata que traigo mientras veo como todo se moja en el exterior, no puede ser que tenga que volverme otra vez, ya estoy un poco cansado de monta, desmonta, sube, baja y guárdalo todo de nuevo. Pero no me queda otra, arranco y me marcho a casa… de camino, algo me dice que me asome a otra playa donde se ve mejor el mar, así que como tengo tiempo me paso a ver que se cuece por aquel sitio.

En la orilla un pescador de spinning lanza sus señuelos entre la espuma, deja de llover y me acerco a observarlo, miro el cielo, huelo el viento, algo me dice que vuelva al sitio. Parece que han bajado los nudos y a lo lejos se ve un claro, cualquier excusa es buena para un nuevo intento, no tengo nada que perder, así que vuelvo y me pongo a montarlo todo. Cuando ya está casi listo de nuevo comienza a llover, esta vez más fuerte, no me queda otra que meterme en el coche a esperar con todo montado fuera. El claro se acerca y deja de diluviar, así que termino de montar, no sin antes llevarme el toque maestro, se cae con el viento un patín del kayak y me arranca de cuajo el espejo del coche, je, je, como diría Aníbal Smith, «me encantan que los planes salgan bien«.

Pero bueno, con todo listo no me queda otra que mojarme, y si no puedo salir al mar pues me quedaré por el río aunque sea dando un paseo. Ya son las 8:30 y llevo más de dos horas esperando el momento y por fin me llega.

Asomo la proa por la bocana del puerto y aunque hay oleaje, con cuidado puedo dar un tiento y mojar algún señuelo. Como hoy no es día de pesca voy a montar una muestra para eso, para no pescar, ya que no me ha dado ninguna captura de momento la rapala x rap xrmag30 color sbm, un pepino de 16 cm tamaño caballa real (si entra algo será interesante). De camino al pesquero veo que no está el día para alejarse mucho, así que me quedo cerca para tocar algunas marcas que hacía tiempo no rondaba. No llevo ni encendida la cámara, si llega algo la pondré en marcha. A lo lejos, entre ola y ola veo aparecer y desaparecer un banco de flamencos, preciosa vista la de estos pájaros en días nublados, en los que su color rosado parece florecer aún más.

Ya en la zona, comienzo a dar pasadas por la laja, sin que debajo de mí vea mancha alguna de movimiento, el movimiento está arriba, con las olas tengo que andar con cuidado, siempre mirando por donde entran para que no me coja desprevenido. A la media hora, entre los sube y baja de las montañas de agua y como por arte de magia uno de los carretes comienza a cantar desmesuradamente, anda, ya he enganchado. Observo, tiento la caña pero parece que es un pez, je, je, que alegría. Pelea bastante, y por la zona imagino que será la primera bacoreta del año, pero mi suerte ha cambiado, después de la lucha veo que aparece un lomo rosa de las profundidades, increíble pero cierto, una sama (dentex gibbosus) a bordo. No me lo creo, como está el día, la actividad nula, lluvia, viento, no se puede pedir jornada más mala.

Pero esto es así, no recuerdo días más buenos de pesca en los que la actividad ha sido nula, por eso el tema de las tablas solunares… no sé qué pensar.

En fin, la cosa se pone fea, el viento aprieta y me vuelvo a tierra, no sin antes dar de nuevo otra pasada. Pero ella estaba allí, esperando, acechando una posible presa, y junto a ella pasó mi magnum. El ataque fue fulminante, sacando hilo por derecho y luchando como loca, pero ahí estaba yo, dándole coba como pude para hacerme con la segunda pieza del día.

Con el cupo cubierto según normativa me volví a tierra, hoy podría haber sacado alguna más seguro, pero para que más, ya voy bien servido. A las 10:30 ya estaba en tierra firme, ojalá todos los días fueran así de fructíferos y escuetos, jornadas cortas y con buenos resultados. Pero ya sabéis como es esto, es lo que engancha, no sabes cuándo te puede tocar el premio aunque sabes que toca tarde o temprano. La constancia y la paciencia nos premian algún día, y aunque cuesta mantener la línea no hay que desesperar.

A medida que llego a tierra el cielo se va despejando aunque el estado de la mar y el viento siguen siendo iguales. En tierra Pescador me espera para ver los resultados, viendo el día no se espera lo que llevo, y es que no hay regla exacta para este deporte, bueno, una sí, la cantidad de bolos que nos comemos todos antes de hacer una buena captura, así que ya sabéis, seguid dando caña que vuestro día está cerca.

El vídeo que a continuación os presento es un resumen de las últimas salidas, y os aconsejo que pongáis bien alto los altavoces, ya que si no, no tiene mucho sentido. Está hecho tras algunas horas de trabajo, casi las mismas que una salida, espero que os guste, he puesto mucho cariño en él, je, je. Hay para distraerse un rato.

Un saludo a todos.

Edu «Raspacejo» (raspacejo.blogspot.com), ©PESKAMA2011